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  • Raúl Abraham

CRISTO Y EL HADES

Actualizado: 16 jun 2023


Al estudiar el campo de la Cristología y Escatología, resulta común leer o escuchar que el Señor Jesucristo descendió al Hades tras su proclamación de victoria en la cruz (Jn.19:30).

Sin ir más lejos, algunos hasta “deducen” cuales pudieron ser las palabras proclamadas en tal ocasión y en el peor de los casos, otro grupo menos reducido, afirma que el mismo Satanás lo tuvo retenido hasta el día de Su resurrección.

Según un fragmento del Credo Apostólico:

“… fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo, …”

Tres son los pasajes comúnmente usados para elaborar esta teología:

  • Hechos 2:27

  • Efesios 4:8-10

  • 1 Pedro 3:18-19

Según este grupo de exégetas, fue necesario que el Señor descendiera antes de ascender por dos motivos:

  • Dar testimonio de Su victoria a los ángeles encarcelados (2 Pe.2:4; Ju.6) o espíritus que aguardan el día del juicio (Ap.20:11-15).

  • Trasladar a los justos al paraíso puesto que Su sangre hizo lo que las ofrendas y holocaustos no podían hacer (He.10:3-7; 12:23).

A continuación estudiaremos brevemente estos pasajes valiéndonos de otras versiones y del propio contexto del capítulo.

EFESIOS 4:8-10

8 Por lo cual dice:

Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad,

Y dio dones a los hombres.

9 Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?

10 El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

En esta ocasión Pablo se limita a hacer una analogía del Salmo 68:18 parafraseando las palabras del salmista:

18 Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad,

Tomaste dones para los hombres,

Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.

En tal declaración, David celebra la conquista sobre una ciudad pagana como la de los jebuseos (véase 2 Sa.6-7). Tras el triunfo, era común en aquellos tiempos que el rey “regresara a casa” con un grupo de prisioneros como parte del botín de guerra.

De esta manera Pablo hace eco de tal trofeo para hacer un paralelo entre el monarca y el Mesías, quien regresa a Su casa (el cielo) tras Su victoria en aquella cruz (Co.2:14-16).

La Nueva Versión Internacional lo traduce de la siguiente manera:

9 (¿Qué quiere decir eso de que «ascendió», sino que también descendió a las partes bajas, o sea, a la tierra?

10 El que descendió es el mismo que ascendió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo).

Así pues, el descenso a las “partes más bajas” hace referencia a Su encarnación (Jn.1:14), previa a Su ascensión (Hc.1:9-10) y no al Hades como algunos suponen.

Además tal suposición tampoco encajaría en un contexto inmediato donde el contenido desarrollado son los “dones” (ministerios) dados para la edificación de la iglesia.

1 PEDRO 3:18-20

18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,

20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.

En esta ocasión nos encontramos a Pedro persuadiendo a sus lectores para que éstos, abierta y valientemente, den testimonio del evangelio:

13 ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?

14 Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis,

15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros;

La proclamación del evangelio es el tema central. En ningún momento los textos hacen referencia a demonios o personas muertas (como algunos suponen al leer el 1 Pe.3:19), sino más bien a lo ocurrido en los días de Noé (1 Pe.3:20).

Mientras éste construía el arca, el “espíritu de Cristo” (compare con el 1 Pe.1:11) daba testimonio a través de él (como “pregonero de justicia”, 2 Pe.2:5) a “los espíritus [que ahora están] encarcelados”, pero que en su momento fueron los que “desobedecieron, cuando Dios esperaba…” (1 Pe.3:20).

La Nueva Versión Internacional traduce el 3:19 siguiente manera:

19 “Por medio del Espíritu fue y predicó a los espíritus encarcelados,”

Así pues, Pedro identifica a toda aquella generación de incrédulos como “espíritus encarcelados”, lo cual no significa que lo estuvieron cuando fueron predicados por Noé.

Un caso similar lo encontramos en el mismo contexto:

Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios. (1 Pe.4:6)

Notemos como el evangelio fue también predicado a personas que “ahora están muertas”, pero que no lo estaban cuando oyeron las buenas nuevas.

Frente a esto último algunos objetan que las palabras en griego no son las mismas en el 3:19 (“predicó” = “kerudzo”: “proclamar”) que en el 4:6 (“eueggelisthe” = “predicado”: “evangelizar”). Sin embargo, se trata de sinónimos múltiples sin la necesidad de dar a entender que se tratan de sucesos completamente opuestos.

Por lo tanto, el propósito de Pedro con estos versículos es animar a sus lectores a que:

  • Al igual que Cristo, aprendan a “padecer” (1 Pe.3:18) y a no amedrentarse “por causa de la justicia” (1 Pe.3:14), sino más bien a que con “mansedumbre y reverencia” presenten defensa de la fe cuando la situación así lo requiera (1 Pe.3:15).

  • Al igual que ”Noé, prediquen sin temor en medio de una generación incrédula (1 Pe.3:19) y a pesar de que los resultados no sean los esperados (1 Pe.3:20).

HECHOS 2:27

El texto tomado por Pedro aquel día de Pentecostés es el Salmo 16:10

10 Porque no dejarás mi alma en el Seol,

Ni permitirás que tu santo vea corrupción.

El contexto inmediato (2:25-31) hace referencia al cuerpo de Cristo, que a diferencia del cuerpo del rey David no experimentó corrupción.

En ocasiones los judíos usaban la palabra Hades para hacer referencia a la muerte o el mismo sepulcro:

En la Nueva Traducción Viviente leemos:

10 Pues tú no dejarás mi alma entre los muertos

ni permitirás que tu santo se pudra en la tumba

Según la Nueva Versión Internacional:

No dejarás que mi vida termine en el sepulcro;

no permitirás que sufra corrupción tu siervo fiel.

En ningún caso el apóstol quiere dar a entender que Cristo estuvo “retenido en el Hades” por Satanás, sino más bien busca resaltar Su impecabilidad y Deidad afirmando que la muerte no lo pudo retener.

CONCLUSIÓN

Cristo no descendió al Hades tras su muerte en Calvario. No hay evidencias bíblicas para tal interpretación.


Según su declaración: Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. (Mt.12:40).


Para definir el concepto del corazón de la tierra, el intérprete deberá valerse de una cosmovisión bíblica de entonces, una tierra "plana" dividida en "cielo", "tierra" y "debajo de la tierra" (comp. 2 Co.12:2).


La muerte y resurrección del Mesías son “las primicias” (1 Co.15:23) de la resurrección que experimentará todo hombre para presentarse ante "el tribunal de Cristo" (2 Co.5:10).

La declaración de victoria antes de morir (Jn.19:30) evidencia como la obra de redención fue “consumada”, no había nada más que hacer para completar tal sacrificio.


Raúl Abraham

Profesor SBF ESPAÑA

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